Era un chico acomplejado, con una gran nariz que me traía grandes sinsabores, lentes que me daban el rótulo de cuatrocchi, demasiado flaco, con acné y una timidez espantosa que no me dejaba hilvanar tres palabras.
No obstante me enamoraba perdidamente de las chicas mas lindas que por supuesto no me daban cinco de bola, tal vez estas frustraciones me acercaron a la trinchera intelectual y a desarrollar esa especie de humor…
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