Si algo dentro de ti habla para decirte: “No eres pintor”, y bien, en ese caso, viejo, ¡pinta! Y esta voz se callará; pero solo se callará si tu pintas. Aquel que, al escuchar esta voz, se va a lo de sus amigos a quejarse, a contarle sus preocupaciones, pierde un poco de su fuerza viril, un poco de lo mejor que hay en él.
Extracto de una carta a su hermano Theo.