Burnichón era oriundo de Córdoba y recorría el país vendiendo libros, alguna vez me contó que su vocación fue el teatro, tenía algo artístico que lo expresaba en su vida, en sus amigos artistas y en la edición de unas pequeñas carpetas con dibujos y poemas de jóvenes que recién comenzábamos a romper el cascaron: el Crist, el negro Fontanarrosa, Federico Aymá, Peiteado, a todos ellos los editaba en esas singulares carpetas, “burnichetas” las bautizó Crist a quién publicó una muy original impresa en servilletas de papel.
5.10.10
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