El público se
acostumbra a medir con el dinero el valor de la obra de arte y el oro se va
transformando así en la sustancia de la obra. De esta manera,
inconscientemente, la obra es despojada de su específica forma por su equivalente: la forma oro.
Marx dice en
El capital: “La circulación se convierte en la gran retorta social en que todo
penetra para volver a salir cristalizado en dinero. A esta alquimia no resisten
ni siquiera los huesos de los santos”. El prestigio crea valores y los valores
crean prestigio. El prestigio, aparte de los valores intelectuales específicos,
es la resultante de inversiones de capitales y gastos publicitarios en diarios
y revistas, publicaciones de libros o disimulada propaganda por TV o radio,
inversiones que se incorporan como capital constante a la obra publicitada,
contribuyendo al aumento de su valor de cambio.
Antonio Berni
Berni,
escritos y papeles privados- Temas Grupo Editorial