Recuerdo que un día lo acompañé a San Rafael en su furgóneta citroen, al cuál Fontanarrosa llamaba “el bólido de acero y lona”, ese viaje fue inolvidable, nunca imaginé que alguien condujera tan mal y a tan alta velocidad, íbamos a la casa del Ciro Bustos, un pintor que había estado con el Che en Bolivia.
5.10.10
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