Ese verano fue particularmente caluroso, ella no solamente posaba desnuda sino que se paseaba por el jardín como Eva en el paraíso, ajena a miradas indiscretas, tenía una inteligencia intuitiva, y una inocencia notable. Era un animalito salvaje.
-No te olvides – me decía- que debajo de la ropa estás desnudo.-
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