Después de ese verano no volví a ver a mi joven amiga. La casa donde vivía se alquiló y alguien me dijo que se fue de viaje.
Seguí trabajando la talla, pasaban los años pero mi memoria guardaba el modelo intacto.
Lentamente se iba produciendo ese pasaje misterioso: algo que está en mi pensamiento va adquiriendo volumen y ocupa un lugar en el espacio.
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