Un sentimiento semejante alienta mi propio trabajo. Una imagen debe poseer lo justo para transmitir aquello que quiero apresar. Quizás esa es la razón de insistir tantas veces hasta encontrar una curva con la tensión exacta, congelar el fugaz desequilibrio de una forma en movimiento, dejar que el azar respire a través de suntuosas manchas o figuras que se arman solas convocadas por un enredo de líneas.