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7.12.08

No hubo examen, la profesora de matemáticas se sumergió en la explicación de algo muy complejo sobre la tabla de logaritmos
Con mi mejor cara de boludo divagaba, soñaba con Alenka, una rubiecita del liceo con quien una vez crucé dos palabras, mi timidez me amordazaba.
En la hora de dibujo el profe armó un modelo con esos espantosos cuerpos geométricos de yeso y una botella.
Después se puso a mirar la lluvia por la ventana.
Suárez Marzal, así se llamaba, era muy parecido a Charles Chaplin en “El gran dictador”.
Para mí, dibujar esos modelos era el aburrimiento en esencia.
Parado junto a la ventana sacó un paquete de cigarrillos Clifton, los mismos que fumaba mi viejo.
Distraído expulsó una larga bocanada de humo y con la mano, como quien espanta una mosca, comenzó un extraño rito.