Hoy recorro el libro ya impreso, donde se amalgaman textos y dibujos, veo la nueva edición hecha por Colihue (una de las pocas editoriales Argentinas) cuya tapa es la imagen del Cururu que hice con pasteles hace poco y siento que mi trabajo no terminó, estoy ante una puerta abierta. Recuerdo entonces este poema de Octavio Paz:
Soy hombre: poco duro
Y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
Las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
También soy escritura
Y en este mismo instante
Alguien me deletrea.
Soy hombre: poco duro
Y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
Las estrellas escriben.
Sin entender comprendo:
También soy escritura
Y en este mismo instante
Alguien me deletrea.