Finalmente la envida sana se enfermó, se le subieron los triglicéridos, el colesterol malo aumentó, la presión por las nubes y un dolor en las articulaciones que no la deja pegar un ojo.
2.12.10
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
1 comentario:
El ser humano se convierte y tiene límites, y aunque no se vea de esta forma cada raya que se plantea acá tiene el verdadero y más sincero sentido estético del sentimiento cotidiano.
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