Me despierto con esa sensación, deslumbrado ante los dibujos que acabo de ver.
Por algo era Picasso, pienso.
De pronto un pensamiento cae como un rayo: -Ma que Picasso, esos dibujos los soñé yo…son mios…puedo hacerlos.
Paso el resto del día dibujando, intentando rehacer lo que vi en sueños, aunque el recuerdo se va deshaciendo como se disuelven los sueños en la memoria.
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