Entonces no es extraño que, a la hora de tomar la pluma e introducirla en el oscuro agujero del tintero, mi imaginación sea fácilmente impulsada a generar éstas imágenes, en el mismo estado de gracia con que mis antepasados plasmaron otras semejantes en alguna pared de Pompeya.
21.2.09
Etiquetas:
dibujos eróticos
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