Los viajeros del interespcio han mandado a sus embajadores a Roma: quieren confraternizar con los gatos de la capital. Llegados al Raccordo Anulare, los embajadores ven por primera vez a la especie dominante: dos agentes de la policía de tránsito. Indiferentes, los extraterrestres pasan junto a los agentes sin dignarse a mirarlos, y sin ser dignos de una mirada, porque los policías no miran a los gatos.
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