Seguidores

28.2.09

Los extraterrestres


A las dos de la mañana, bajo las estrellas que a esa hora nadie mira, del cielo frío y transparente de enero han bajado los viajeros del interespacio.


Como un meteorito cayó la plataforma circular en la mancha del Castillo Fusano. En el disco, sentados, recostados, están los extraterrestres, atentos, con los ojos centelleantes; son gatos grises, más grandes que los gatos de los humanos .Llegados a la tierra, bajan del disco, mean y olfatean distraídamente los arbustos desconocidos; después vuelven a la plataforma. Con las orejas erectas, sospechosos, escuchan el ruido de un automóvil que pasa por la Cristóbal Colón, hasta que el auto se aleja con sus ridículos ojitos rojos encendidos atrás.

Los viajeros del interespcio han mandado a sus embajadores a Roma: quieren confraternizar con los gatos de la capital. Llegados al Raccordo Anulare, los embajadores ven por primera vez a la especie dominante: dos agentes de la policía de tránsito. Indiferentes, los extraterrestres pasan junto a los agentes sin dignarse a mirarlos, y sin ser dignos de una mirada, porque los policías no miran a los gatos.



En el Panteón y en Piazza Vittorio los embajadores son recibidos por los terráqueos con un entusiasmo mezclado con miedo. La voz se esparce, llegan los gatos de los barrios del centro, después los de la periferia; todos, una larga columna de colas brillantes, van por la Colón hacia Castillo Fusano, indiferentes al frío, ágiles y nocturnos, machos y hembras. Las calles están todavía desiertas; nadie los ve pasar, guiados por los extraterrestres cuyas cabezas grises y soberbias resaltan en la dócil multitud maravillada.


A medida que llegan al lugar de la cita, acalorados por el insólito paseo, los gatos extraterrestres se sientan alrededor del disco; los mas distantes se suben a los árboles enjutos de la extensión solitaria.

Miles de ojos brillan en la oscuridad, fijos en los viajeros del interespacio que olímpicamente se alisan el pelaje gris en la plataforma de metal pulido. Los mas serviles de los terráqueos ronronean estrepitosamente.



Son las seis de la mañana, Marte parece una lágrima roja en la mejilla de la noche, en el silencio puro como un vidrio el jefe de los extraterrestres comunica su mensaje a los terráqueos. Es un mensaje muy breve; inmediatamente después el disco reemprende su rotación y se eleva hacia el cielo; luego desaparece. En la blanca escarcha del alba, en grupitos aislados, animados, los gatos terraqueos vuelven a su ciudad milenaria.

J. Rodolfo Wilcock
El estereoscopio de los solitarios
Editorial Sudamericana






27.2.09

Cacerolas


Que se vayan todos
Texto de Naomi Klein
Publicado en diario La Nación martes 25 feb.09

22.2.09

No te muevas

Un pintor debe pensar que todo lo que ve está allí para su propio uso y placer. El artista que trata de servir a la naturaleza es solo un artista ejecutivo. Por otra parte como el modelo que el pintor copia tan fielmente no será colgado junto al cuadro, sino que el cuadro estará solo, no tiene ninguna importancia que sea una copia fiel del modelo. Que lo pintado convenza o no depende completamente de lo que es en si mismo, de lo que haya para ver. El modelo debe cumplir la muy privada función de estimular al pintor. El efecto que producen dos seres humanos distintos en el espacio puede diferir tanto como el de la vela y la luz eléctrica. En consecuencia, el pintor debe ocuparse a la vez de su objeto y del aire que rodea a su objeto. Es a través de la observación y la percepción de la atmósfera que le resultará posible hacer que su cuadro transmita el sentimiento deseado.
Lucian Freud


Lucian Freud en el estudio,2000
Foto de Bruce Bernard

Lucian Freud en el estudio, 2005
Foto de David Dawson

21.2.09

CABEZA FRESCA




Está comprobado científicamente que ver pornografía y leer el diario iluminan el cerebro, afirma contundente mi amigo Alejandro.

Tal vez, eso explica la persistencia, desde épocas remotas, de ese segmento de las artes plásticas al que los críticos se empeñan en clasificar como arte erótico.



Lo encontramos en el estilo simple de escenas de sexo explícito que decoran antiguas ánforas griegas, en cerámicas peruanas donde parejas se acoplan sobre pequeñas vasijas, en bellos grabados de maestros japoneses como Hokusai o Hiroshigue, en las ilustraciones anónimas de textos prohibidos del siglo IX, en algunos aguafuertes secretos de Rembrandt o en ciertos dibujos de Egon Schiele que le valieron la cárcel por ofender la moral y las buenas costumbres. A todos los atraviesa una energía semejante.







El motor del mundo es el erotismo. Según lo explican diversas corrientes psicológicas, todo tiene un significado sexual. Pequeños aconteceres cotidianos como introducir una llave en la cerradura, ajustar un tornillo en su taco fisher, introducir un brazo en la manga de un saco, serruchar una madera o medir el aceite, son actos de altísimo voltaje erótico.




Es que la especie debe continuar, ésa es la consigna de Natura. Por lo tanto hay una fuerza o energía que nos excede. Algunos la expresan garabateando torpemente un logotipo de concha y pija en la puerta de un baño, otros vistiendo una sotana y condenando desde el púlpito.
Entonces no es extraño que, a la hora de tomar la pluma e introducirla en el oscuro agujero del tintero, mi imaginación sea fácilmente impulsada a generar éstas imágenes, en el mismo estado de gracia con que mis antepasados plasmaron otras semejantes en alguna pared de Pompeya.







13.2.09

Paul Driessen

Paul Driessen es un genial artista holandés nacido en 1940 y ganador de todos los premios. Con un dibujo sensible y austero nos cuenta una compleja historia, no te la pierdas, es gratis.

10.2.09

Borges dixit

La música, los estados de felicidad, la mitología, las caras trabajadas por el tiempo, ciertos crepúsculos y ciertos lugares, quieren decirnos algo, o algo dijeron que no hubiéramos debido perder, o están por decir algo, esta inminencia de una revelación que no se produce, es, quizás, el hecho estético.
Jorge Luis Borges

Desnudo
Pastel sobre papel
30 X40 cmts.

9.2.09

Sueños


Voy por una calle de mi infancia, está desierta, a través de un portón escucho música,me asomo y descubro a “los gallegos” reunidos en el patio.
“Los gallegos” les decíamos a unos vecinos muy queridos dueños de un mercadito, quienes algunas tardes de verano, después de regar el piso de cemento del patio, se juntaban con sus instrumentos,( guitarras, mandolinas, panderetas y castañuelas)a calmar la nostalgia por su tierra lejana.



Al principio me extraña que algunos que ya murieron estén allí, pero en los sueños ese límite se borra fácilmente.
Don Emilio y Paco se acercan sonrientes a saludarme.
-Luisito, ¡como has crecido! ¡Coño! Ven, pasa.-invitan cordiales.
-¿Qué festejan?- pregunto.
-Pues que ha llegao Pablito, nuestro primo, ven a conocerlo.
El tal Pablito, de espaldas a mi, parece un tipo divertido, pero la sorpresa viene cuando se da vuelta, ¡es Picasso!.En la frente tiene un tercer ojo medio cerrado. No salgo del asombro, Picasso me habla como si me conociera de toda la vida.

Paco le dice señalándome- Vieras como dibuja este tío, Pablito-
-Pues joder si lo conozco-dice Picasso-visito todas las semanas su blog.
-¡Maestro, ud. es lo más!-digo con mi mejor cara de boludo.


Picasso saca una carpeta inmensa de abajo de la mesa, hace un lugar y la acomoda.
Abre la carpeta y aparece un bello dibujo que nunca había visto. Después muestra otro mejor que el primero, toma cada hoja con extremo cuidado, todos miramos en silencio, solo escucho algunos murmullos de admiración.
Este viejo es increíble, pienso con una mezcla de admiración y de envidia.


Me despierto con esa sensación, deslumbrado ante los dibujos que acabo de ver.
Por algo era Picasso, pienso.
De pronto un pensamiento cae como un rayo: -Ma que Picasso, esos dibujos los soñé yo…son mios…puedo hacerlos.
Paso el resto del día dibujando, intentando rehacer lo que vi en sueños, aunque el recuerdo se va deshaciendo como se disuelven los sueños en la memoria.

5.2.09

Ojo al piojo

La base de todo es la observación y conocimiento del mundo, y uno mismo tiene que haber observado mucho para poder hacer uso de las observaciones de otros como si fueran propias; de otro modo, se las lee, sin más, y van a parar a la memoria sin mezclarse con la sangre.
Georg Christoph Lichtenberg
Schrifen und briefe-vol.1

Tanguito
Pastel sobre papel
30 X40 cts.

La bella durmiente
Pastel sobre papel
35 X 50 cts.