31.7.11
30.7.11
29.7.11
28.7.11
27.7.11
26.7.11
Amarcord
En los techos de mi infancia deambulaban misteriosos gatos que muchas noches nos llenaban de angustia cuando lloraban como niños desconsolados.
Fue un día de reyes en que pude zafar de la siesta, me habían regalado unas patas de rana. Calzado con esos absurdos triángulos de goma recorría el patio de baldosas calientes eludiendo cardúmenes, pulpos y peligrosos tiburones. Bajo el impiadoso sol de enero atravesé el pasillo y salí a la calle, estaba desierta, con dificultad caminaba por la vereda luciendo mi regalo.
De pronto un grito destemplado a mis espaldas hirió el silencio.
Como una aparición vi a la “loca Vicenta”. Una mujer bajita de mirada desorbitada y pelos desgreñados que de vez en cuando aparecía por el barrio aterrorizando en su locura a todos los pibes. Saltando como un pájaro herido atravesé el pasillo interminable con mis patas de rana oyendo los alaridos de la loca Vicenta que me perseguían como perros rabiosos.
25.7.11
Tamaño natural
Oskar Kokoschka ordenó hacer en Dresde una muñeca de tamaño natural…con el pelo largo y rubio. Y la pintó a semejanza mía. Así me lo contaron.
Kokoschka hablaba todo el día con esa muñeca, tras la puerta cuidadosamente cerrada…¡Me tuvo al fin como había querido tenerme siempre: como un instrumento sin voluntad y maleable, en sus manos!
Alma Mahler- Gropius-Werfel, Mi Vida
22.7.11
Dibujo interruptus
Acostados en el centro de un cuarto en penumbras hacemos el amor con Marta.
Hay una puerta abierta, alguien se asoma y al vernos ocupados se va. Después entra un viejo profesor de la facultad que disimula y se retira discreto. Inmediatamente entra un niño seguido de su papá que es un amigo y no queriendo interrumpir se retira con su hijito.
Harto de estas interrupciones me paro y cierro la puerta con llave pensando que eso es lo que tendría que haber hecho hace rato.
Me despierto y quedo mirando el techo en el silencio de la noche.
Entonces aparece el psicólogo lacaniano que me habita.
Enciende su pipa con dificultad y tras una pausa me dice - Veamos este sueño Scafati, usted bien sabe que el lenguaje primitivo de los sueños nos trae un mensaje del inconciente que debemos descifrar.
Hacer el amor es un equivalente, en su caso particular, a dibujar, ¿verdad?...o sea dibujar para usted es un acto amoroso…piense en estas interrupciones, qué nos está diciendo el inconciente, a ver…
Una vez mas el psicólogo lacaniano acertó, me mira a través de las nubes de humo que expele su pipa y veo con claridad.
Es verdad que en estos últimos tiempos una constelación de compromisos invaden mi vida: exposiciones, charlas, cursos, entrevistas, deberes que me distraen del dibujo y a los cuáles arribo por tener el sí fácil.
Sigilosamente el psicólogo lacaniano se retira dejando paso a los ratones culposos que también me habitan, y en esa hora incierta de luz submarina comienzan su trabajo con la esperanza secreta de cagarme el día.
21.7.11
Sorpresas
Las páginas de mis cuadernos están llenas de sorpresas.
18.7.11
Tinta sobre papel
El papel es blanco, así lo venden, mal que les pese a los dibujantes.
Tenés el papel blanco en la mesa, en una mano una pluma y mas allá un frasco de tinta china. Estas solo, aunque atrás suena La rumba argelina, afuera está por nevar, estás solo como cuando saliste del vientre de tu madre.
Mientras los minutos transcurren el papel se hace más blanco, más insoportablemente blanco, hasta que sin pensarlo te largás…
15.7.11
Mambo urbano
Floto a la deriva en esa hora incierta en que la noche y el día se confunden.
Dos mesas más allá tres mujeres jóvenes sueltan risas amordazadas, cerca de ellas un tipo dibuja círculos en el aire con la mano izquierda mientras habla por teléfono, atrás mío un celular desencadena una catástrofe de ruidos. Un vendedor pasa furtivo y deja un juego de lapiceras en mi mesa y repite el gesto en las otras mesas, es invisible, nadie lo ve.
Colgado en una esquina un televisor hipnotiza a una pareja que bosteza.
Ella abre la puerta y recorre con la mirada cada mesa hasta que me ve.
-¿hace mucho que llegaste?- se saca el tapado y se sienta, el mozo, como un autómata, se acerca con una carta en la mano y una sonrisa postiza.
-Quiero un café chico y una medialuna de manteca.- dice expeditiva sin mirar la carta.
Mira a los costados estudiando el lugar, observando a la pareja que bosteza dice:
-Recién miraba unos viejos en el subte y descubrí que a muchos, la calavera de la cara se empieza a ver claramente, como si la piel se hiciera traslúcida…
-Obviamente, se prepara a salir a la intemperie- digo.
Veo una persona enrollándose una bufanda al cuello, la cabeza es una calavera donde bailan dos ojos opacos.- Esta mujer tiene el poder de influenciarme tremendamente, pienso mientras por la ventana cientos de esqueletos construyen una danza macabra.