Somos un paisaje que nos habita, un paisaje que no elegimos, que se nos impone como parte del destino, ese paisaje nos acompaña hasta el último día.
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
3 comentarios:
tus trabajos sobre buenos aires son asombrosos, el de la esquina de corrientes y 9 de julio me parece increíble, (a propósito de este trabajo, llevo un blogg llamado deluganoalaluna, donde participan artistas diversos proponiendo métodos para viajar a la luna y sus propias visiones de ella, mme gustaría poder contar con ese trabajo
te dejo mi mail si te interesa deluganoalaluna@gmail.com)como vos vengo de las tierras altas de mendoza, sabés entonces cuanto la geografía nos condiciona mental y espiritualmente, cosa que se vé clarito en esta ciudad pampa pampa celeste, pampa en el suelo que culmina en una pamapa líquida, y eso a pesar de las torres menemistas produjo una ciudad ancha como esta
un gran abrazo!
Qué dibujos la puta madre!
Gracias Ariel...me gusta eso de la pampa tierra que se continúa en la pampa líquida, una visión poética.Un abrazo
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