Anoche, volvió, otra vez, La sombra; aunque ya, habían pasado cien años, bien la reconocimos. Pasó el jardín de violetas, el dormitorio, la cocina; rodeó las dulceras, los platos blancos como huesos, las dulceras con olor a rosa. Tornó al dormitorio, interrumpió el amor, los abrazos; los que estaban despiertos, quedaron con los ojos fijos; los que soñaban, igual la vieron. El espejo donde se miró o no se miró, cayó trizado. Parecía que quería matar a alguno. Pero, salió al jardín. Giraba, cavaba, en el mismo sitio, como si debajo estuviese enterrado un muerto. La pobre vaca, que pastaba cerca de las violetas, se enloqueció, gemía como una mujer o como un lobo. Pero, La sombra se fue volando, se fue hacia el sur. Volverá dentro de un siglo.
Marosa Di Giorgio
Los papeles salvajes
10.11.09
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2 comentarios:
me gustaron tus dibujos.. sobretodo el de una mujer con pelo rojo, tacos y fondo amarillo, esta maestro ese!..
abrazos desde chile.
Gracias Chile, un abrazo.
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