¡Que maestro Suárez! Te miraba los brazos y te decía: “vos si, vos no”, si te decía no, olvídate, fuiste, pero si te aceptaba te enseñaba todo, no se guardaba nada.
Te tenía horas mirando el vuelo de las palomas.”Si ellas pueden… ¿acaso sos mas boludo que las palomas?” era su muletilla. Practicábamos horas el movimiento de los brazos. Suárez te chamuyaba,¡ que teórico!, un maestro, hasta que con el correr de los meses sentías que eras un pájaro.
27.8.09
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