Una pareja de carne con el cuore de mármol.
Parejas…¿hay algo mas difícil que esa construcción?
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
2 comentarios:
Maravillosas reflexiones. Eran los artistas clásicos unos idealistas del amor ó somos nosotros, los de esta era unos necios ? Sin embargo tu visión forma parte de la realidad. Pocas obras de este tipo como las de Rodin se ven en los tiempos que corren, hay mas denuncias que celebración en el arte. Y celebrar parece ir en contra de la realidad, estar desencajado. Reflexiones de doña nadie, nada más.
Es verdad Maricel, pero también puede ser que esa denuncia busque la celebración, descubrimos la herida para curarnos.
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