El Zen no es un juego jocoso. Antes de que se nos haya abierto el tercer ojo, capacitado para contemplar el secreto mas recóndito de los seres, nosotros no tenemos contacto alguno con el sabio anciano.
Introducción al Budismo Zen
D. T. Suzuki
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.