El objetivo, según me explicaron, era transformar el juego ciencia en una competencia de atletismo, aunque creo que lo que en realidad deseaban, era despojarse del estigma que los rotula como una bolsa de músculos sin cerebro.
Recuerdo que por todo ese trabajo les pedí el dinero suficiente para hacer un viaje al Tibet, era un sueño que por entonces me rondaba.
Comencé a tallar la reina en palosanto, una madera dura y perfumada que al oxidarse oscurece y toma un color verdoso.
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