A comienzos de los noventa estaba en N.Y. y en una visita al MOMA encontré una pintura que me golpeó, un desolado paisaje de dimensiones inmensas, hecho con hierbas secas y una plancha de plomo, era de Anselm Kiefer un pintor alemán, nacido en el 45, a quien conocía vía reproducciones, pero al verlo en “carne y hueso” comprendí lo bueno que era. Desde entonces lo sigo Este video es una buena muestra de su trabajo
27.5.09
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