Solo sé que hago lo que me gusta y amo.
A veces lo cuelgo a una pared, otras queda impreso en papel, en un libro, en un diario o una revista.

Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
3 comentarios:
No hay que etiquetarnos, hay que hacer hacer,es lo de menos saber en que clasificación cabemos, si nos paramos a pensarlo, se nos acaba el tiempo.
Fantastico tu trabajo...saludos
Natalia Cabrera, Mendoza
Eso es lo que digo Nati, las etiquetas no te dejan ver, aunque es el deporte predilecto de la mayoría, poner etiquetas para no ver a quien está enfrente.
Podemos decir que las etiquetas son un síntoma de la pereza.
Los "artista plásticos" que dicen que sos un ilustrador lo dicen porque no saben dibujar.
Pero quedaría feo que lo digas vos...
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