A comienzos de los ochenta me encontraba compenetrado con las ideas de Antonio Gramsci.
Quise transformar a la conocida revista Vogue, en un órgano difusor de ideas filo marxistas.
Quise transformar a la conocida revista Vogue, en un órgano difusor de ideas filo marxistas.
La estrategia que elaboré era algo compleja: primero publicaría mis dibujos con mensajes cifrados. Luego, con paciencia de monje budista iría sembrando embriones de ideas revolucionarias en las lectoras. Ya hablé de mi ingenuidad militante, pensaba que con mis dibujos transformaría a esa legión de señoras pequeño burguesas.
2 comentarios:
maestro, qué menos se puede esperar de usted, una batalla sutil o tenacidad del mural del post anterior. está muy seguro que sus dibujos no transformaron a alguna de las mujeres de esa legión? me permito sembrarle esa duda. saludos
Sabés Juan que has puesto una tremenda duda en mi afirmación? ahora me explico el auge de la imagen del Che en las remeras de ciertas jóvenes fashion.
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