Luis Scafati- Laberinto- tinta y acuarela sobre papel |
Iba muy deprisa. Me habían citado.
Un desconocido me detuvo y me dijo…
No recuerdo que dijo, ante mí, apresurado,
aquel hombre sonriente, gordo, rubio, un tanto
calvo.
Yo quería acabar. Me habían citado.
Y él me hablaba de cosas que sólo a él le importaban
y que no sé por qué me estaba a mi contando.
Yo le dije: “Perdón. Tengo un poco de prisa”.
Y le tendí la mano. Y el la retuvo un poco.
Y entonces me di cuenta- gordo, rubio, un tanto
calvo-
que estaba ante mi mismo sin espejos.
Pues yo creía que iba, pero estaba volviendo.
Los espejos transparentes
Editorial Losada
2 comentarios:
Gracias por presentarme a Celaya. Ese poema me pegó un fierrazo.
ya me repondré.
Le comento el de la longevidad acá, pa ahorrar. Me gustó.Un día, el papá de Mafalda quiso enderezarse y quedó duro y doblado. Dijo... Estoy empezando a ser más joven que mi cuerpo.
Una vez mas queda demostrado que Quino es un genio. Un abrazo sudaca
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