Por eso, pienso que la enseñanza de lo artístico debería comenzar por lugares más modestos, como sacar punta a un lápiz, aprender a tomar una pluma etc.
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
1 comentario:
¡Es verdad! A mi me enseñó a sacarle punta al lapiz Eduardo Faradje en su taller particular.En ese momento yo ya venía cursando el cuarto año del magisterio de dibujo.Me dijo que "el lapiz tiene que estar como para sacarle un ojo a alguien"
¡Después de eso en la Belgrano mis compañeros se reían de como yo le sacaba punta a los lápices!
No les saqué los ojos porque igual no veían nada...
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