Hace unos días, entró a mi estudio un jardinero que me ayuda y al ver un par de esculturas me preguntó si hacía maniquíes.
-Si, le dije, y también arreglo vidrieras.
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
4 comentarios:
Esquivarle al comenzar de nuevo es casi como morir, así que te felicito por honrar la vida, haciendo "maniquies" o lo que sea.
Siempre reconforta pasar por tu blog. Saludos de la no menos fría provincia de Córdoba.
Una buena oportunidad para la harina tostada o una copa de malbec!
me gustan tus "santos" desacralizados...
gracias Jereb-Coria, uds.tienen pupila entrenada.
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