15.4.12
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
3 comentarios:
¡Fenomenal! ¡Todo a la vista, sin trempa ni cartón! Me alegra ver que tú también dibujas apoyando la mano.
Sólo echo en falta un escaneado del dibujo final. (y, ya puestos de los demás dibujos que se entrevén).
Un abrazo, Luis.
¡Cómo se aprende, loco!!!!!!!!!!!
Joya!!!!!!!!!
Uf, qué placer el de ver cómo crece desde la cautela de los primeros tazos. Un abrazo.
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