Mi ciudad natal está habitada por fantasmas, cuando camino esas calles los encuentro disimulando su transparencia a cada paso. Pasan cabizbajos con el diario bajo el brazo, otros esperan un tranvía que nunca llegará, aquel encerrado en el kiosko de la esquina vende revistas mejicanas. Ese es el loco de la pata, una noche de invierno lo mataron. En ese carro tirado por un caballo va un panadero que cuando los pibes le gritan Rodríguez se pone como loco, dicen que su mujer lo engañaba con un tal Rodríguez.
3.8.11
Fantasmas
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario