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29.6.11

Contrastes

Cartonero- Lápiz y tinta sobre papel. 2011

27.6.11

Cartoneros


Andan por las calles arrastrando esos carritos cargados de basura. Hurgando en los contenedores, cartones y papeles, diarios viejos con mentiras nuevas, envases descartables, latitas y plásticos, hacen una rigurosa selección. Algunas señoras los miran con desprecio, les “revuelven la basura”, se quejan. Y probablemente sea verdad, les están revolviendo la basura que llevan dentro.

24.6.11

Cartoneros


 Dos copias de una litografía, una iluminada con lápiz.
Trabajé con lápiz litográfico sobre la piedra, hicimos un pequeño tiraje.
El tema se llama "Carrito", son  cartoneros que todos los días buscan su subsistencia en los contenedores de basura. Hice varias versiones, esta es una con el obelisco como fondo,¿o lo lleva arriba del carrito?

20.6.11

Autor en busca de seis personajes




Esta serie de retratos estan hechos a partir de fotografías de Richard Avedon. Son, entre otras cosas, una interpretación gráfica de dichas fotos. 
Aunque mi objetivo principal era estudiar ciertos aspectos de la figura, acercarme a ese carácter desolado y extremo que estos personajes irradian.
 Son el modelo o la clave  de otros dibujos que estoy trabajando para un conjunto de ilustraciones que hace tiempo realizo.
Es como si hiciera un casting para elegir actores que asumirán tal o cual personaje.
 Como ves, en mi caso, ilustrar un texto conlleva una serie de pasos previos.

19.6.11

La mirada de los otros



Después del diluvio, un domingo gris en Buenos Aires.
Hoy se festeja el día del padre, mi  hijo Matías (el primogénito) viene a visitarnos con su numerosa familia. Matías es médico, toca la trompeta y  observa  el mundo que fluye a través de su cámara fotográfica.

 



Sobremesa, charlamos con Jimena y Marta, Matías desaparece. Mas tarde regresa y me muestra fotos capturadas  en mi estudio. Me sorprende encontrar en esas imágenes cosas que me rodean cotidianamente y no registro.

Cuantas cosas que nos circundan se nos escapan, no llegan a nuestra conciencia. Somos un fragmento y como tal vemos un mundo fragmentado. No puedo dejar de evocar algún cuadrocubista de Picasso, ese intento frustrado de querer ver la totalidad, el Aleph de Borges.





Somos una parte que solo percibe partes.
Mi taller, la mesa de trabajo, algunos instrumentos,  mi hijo Leo, el ventanal que se abre a una esquina, objetos escondidos en los rincones…todos sumergidos en esta sustancia porosa que llamamos tiempo.
Un instante que ya no existe, ahora es otra cosa a la que intento nombrar.

17.6.11

Litografía

Todos los jueves temprano, tomo un tren que me lleva hasta Villa Lynch, un lugar en Buenos Aires donde se encuentra el taller de litografía . Llamado Centro de edición, y piloteado por la inflexible Natalia Giacchetta , que sobre el tema sabe mucho.
La pasamos bien, mientras dibujamos, charlamos o comemos unas empanadas deliciosas, siempre alguién lleva una botella de vino (ya se sabe, los artistas…)



Hace un tiempo comencé a experimentar con esta técnica tan antigua y de alguna manera emparentada con el trabajo del ilustrador.
Se dibuja en estas piedras, previamente pulidas (pulirlas me recuerda viejas películas norteamericanas donde los presos molían piedras a la orilla del camino).
Soy un principiante, pero se puede trabajar con tintas plumas o lápices litográficos, el resultado siempre sorprende.


Hoy estoy haciendo una estampa que tiene que ver con la serie que hice del Drácula.

En este caso Milka me ayuda a sacar una prueba en la prensa (se parece a un instrumento de tortura de la inquisición).Y acá está la prueba, no la toquen, está fresca.

15.6.11

Laberinto



No habrá nunca una puerta. Estás adentro
Y el alcázar abarca el universo
Y no tiene ni anverso ni reverso
Ni externo muro ni secreto centro.

No esperes que el rigor de tu camino
Que tercamente se bifurca en otro,
Que tercamente se bifurca en otro,
Tendrá fin. Es de hierro tu destino

Como tu juez. No aguardes la embestida
Del toro que es un hombre y cuya extraña
Forma plural da horror a la maraña

De interminable piedra entretejida.
No existe. Nada esperes. Ni siquiera
En el negro crepúsculo la fiera.


Jorge Luis Borges

13.6.11

Sigue Colombia

Ellos son parte de la organización del encuentro en Colombia, parado Miguel, abajo Diana, después José, Marta (que me organiza la vida) y Jairo. Todos nos brindaron lo mejor.
Hoy repasando fotos que me llegan decidí compartirlas con uds.
Ana María tiene un humor ácido,es la dueña de una hermosa librería llamada Casa tomada, el sr es Jairo Buitrago, escritor colombiano que me hizo una entrevista en la feria del libro.


Mesa de ilustradores en un restaurant llamado la Juguetería, en cuyas paredes podías encontrar una colección de antiguos juguetes.
En los baños los migitorios eran ataúdes con murciélagos que evocaban al Conde Drácula
Un momento de distención en la clínica de dibujo, la pasamos chébere. Creo que el que mas aprendí fui yo, es extraño esto de confrontarse con los otros para transmitir algo.

11.6.11

Bogotá


















“Scafatti” decía el cartelito, con dos t, lo escribieron mal, pensé mientras nos acercábamos al tipo que lo sostenía.

Llegamos con Marta al aeropuerto de Bogotá, nos esperaban para llevarnos al hotel.

En un minibus atravesamos una ciudad en construcción, calles y avenidas totalmente dadas vueltas.


Vinimos convocados por un grupo llamado Tinto & Tinta, me invitaron a dar una clínica sobre el dibujo y la ilustración. Todo en el marco de la feria del libro y un encuentro internacional de ilustradores.




Nuestros anfitriones son personas cordiales y muy jóvenes (estoy en esa edad en que todos son jóvenes): Diana Arias, José Rosero, Miguel Bustos, Diana Murcia, talentosos ilustradores que se mataban trabajando en pos de hacernos sentir cómodos.

Todas las mañanas recorríamos esta bella ciudad construida a dos mil ochocientos metros de altura entre cerros y nubes.



A pesar de que el mundo se homogeniza, una ciudad desconocida nos ofrece siempre una variedad de sorpresas. Desde comidas extrañas, hasta costumbres que nos sacuden de nuestras rutinas. Ahí están los “hombres minuto”, parados en algunas esquinas, su negocio es alquilar teléfonos celulares que tienen prendidos con una cadenita a su cuerpo, los vemos rodeados de personas hablando por teléfono.

Las “hormigas culonas” se ofrecen en varios negocios, son hormigas cocinadas de alguna manera que según me dijeron se comen como aperitivo acompañando algún trago chébere.


En la Feria del libro conocimos a muchos ilustradores, en su mayoría latinoamericanos, todos muy activos, inquietos, talentosos creadores que nos hacen pensar en un futuro de las artes gráficas.
Nunca imaginé lo estimulante que sería este encuentro. Nuestro trabajo transcurre en las cuatro paredes de un estudio, por lo tanto, estos momentos de encuentro nos abren la ventana para que entren aires nuevos.

8.6.11

Reencuentro


Pasaron casi seis meses desde el último post.
Sin pensarlo decidí poner fin a este encuentro, en muchas cosas me dejo llevar por lo que dicta mi instinto. Sentía que había dicho todo lo que tenía que decir.

Fueron muchos los que me escribieron alentándome a que continuara, pero me mantuve aferrado a mi abrupta decisión, había una pizca de pereza que pesaba (ya les dije: soy terriblemente fiaca, me encanta pasar horas mirando el mundo que fluye por la ventana de mi estudio).

Mentalmente seguí escribiendo, se me ocurrían buenas ideas (lástima que no las anoté). Algunos de los seres que me habitan me acercaban textos extraordinarios, iluminaciones que pronto se disolvían en el cono de sombras de mi melancolía.
Una tarde de febrero retomé mis dibujos, entre otras cosas, terminé este trabajo que hoy les muestro y que durante años estuvo esperando con la paciencia de un monje zen, Es un extraño retrato de alguien, tal vez un autorretrato, en un punto todo lo que hacemos nos retrata.

El octógono de madera que lo contiene es una suerte de mandala donde pinté, raspé, manché dibujé con carbones y plumas, pegué maderas que traje del río, escribí un texto.
Finalmente vio la luz.
Muchas mañanas me visitaban dos de mis nietos y me conminaban a que les dibujara a Michael Jackson en las poses que ellos elegían, en puntas de pié, con una mano apuntando el cielo y con la otra tocándose las zonas pudendas. Hice tantos que me aprendí la cara de memoria.
Pero vamos por partes decía Jack, tengo mucho que contarles, vayan arrimándose, es hora que nos reencontremos.