Todo lo que hablamos queda pegado a los techos.
Después de años de investigación, el ingeniero Mancini inventó un complejo artefacto, una suerte de radiotransmisor a pilas, que adherido al extremo de una caña se aproxima al cielorraso, minutos después logra sintonizar antiguas conversaciones.
Fantasmales charlas que borrosas se oyen entre frituras y ruidos, como si vinieran del otro lado del mar.
Fantasmales charlas que borrosas se oyen entre frituras y ruidos, como si vinieran del otro lado del mar.
3 comentarios:
es un gran invento el del ingeniero!!
tús dibujos y esa máquina... una instalación... la zozobra del paseante1
saludo dos
ahora entiendo los susurros en mi atelier de San telmo en una consutriccion de 1854.....
Excelente microrrelato! excelentes dibujos, excelente Mambo Urbano.
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