Fue en un pueblo del sur donde la tragedia las esperaba. Caratulado como “crimen pasional” según registran los expedientes judiciales, fueron encontradas en un lúgubre hotelito, desnudas y degolladas en la cama, junto a unos de los muñecos, cuya cabeza de yeso partida en mil pedazos, se esparcía en el piso.
“Fue un ataque de celos” confesó el otro muñeco en manos del comisario, no pudo contenerse cuando encontró a sus tres compañeros de labor, practicando un lascivo menaje a troi.
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