Ilustrar en diarios o revistas fue una parte importante donde durante varios años se desarrolló mi trabajo.
Un dibujo en una página periodística debe ser contundente, está rodeado de noticias, fotos, avisos y otros ruidos.
Muchas veces me apoyaba en el título de la nota que estaba ilustrando, casi la usaba como epígrafe.
Siempre trataba de dar mi opinión gráficamente, y a veces no coincidía con lo que la nota decía, lo que me valió una buena cosecha de “simpatías”.
Pero lo que más me molestaba era lo vertiginoso del tiempo, sentía que echaba papeles en la boca de un monstruo devorador.
Aunque las últimas noticias ya estaban en la Biblia el periodismo rinde culto a la novedad.
Nunca había tiempo, todo era para ayer.
La conciencia de lo efímero me torturaba.
Lo único que no cambia es que todo cambia dice el I-Ching, y es una verdad grande como una casa. Un día pude dar un paso al costado, pero esa es otra historia.
22.11.08
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