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5.11.08

.Cuando nos metemos con el alma en un proyecto, es como que entramos en otra constelación. Hay algo que produce felices encuentros, misteriosamente se nos acercan cosas que sirven para aquello que estamos construyendo.
Una noche vi a un vampiro en un sueño. Era casi un monje con una cofia parecida a la que usan ciertos obispos.
Modelé esa imagen con resina y papel maché, lo pinté pálido como un hueso.
Dibujaba de noche, el silencio era absoluto, cerraba mi estudio y lo iluminaba con velas. Mi modelo proyectaba sombras inquietantes sobre las paredes.

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