26.5.16
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
1 comentario:
Hola, Luis, me alegra mucho que se haya dado la oportunidad de que ilustres semejante obra de nuestro inolvidable Eduardo Galeano.
¡Dos grandes juntos!
Espero que a posteriori también podamos contar con esas ilustraciones en formato de libro.
Un saludo afectuoso
Patricio
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