En la verdulería
una señora toma un pepino en su mano y dice distraída – Quiero uno- inmediatamente se sonroja, me pregunto, que imagen cruzó
como un relámpago por su mente.
A todos nos pasa transformar a fuerza de
imaginación un objeto en otra cosa, unas tijeras en las piernas de una mujer,
una silla en un perro, un paraguas en un murciélago.
Es como si
todas las formas llevaran en su interior otras formas dormidas, que despiertan cuando las observamos intensamente.
Cuantas veces
antes de descorchar una botella, miro el tirabuzón y aparecen extraños seres,
casi como un feliz preludio del vino que saldrá de la botella.
8 comentarios:
Muy chulo me encanta este, las tonalidades azules ideales y la originalidad de la cara formada con el abridor esta genial. Felicidades!
De chica imaginaba que el destapador era una bailarina, jugaba un rato haciéndola rotar sobre la punta de su pie y levantando los brazos. Miro el dibujo y veo una bailarina patas arriba a punto de ser devorada por el tipo del fondo. Lo vuelvo a mirar, y es más trágico cada vez. Cuanto me gusta!
U, qué dibujo. Fantástico y libre.
Saludos.
Bueno, me alegro que te guste entidades, un saludo
Hola Rocío, me acuerdo que también imaginaba algo parecido con este artefacto tan semejante a un cuerpo humano.
Un abrazo
Bienvenido Igor, te saludo desde Buenos Aires
ESE DIBUJO MATA!!!ME DELIRA...ANOCHE TUVE UN SUEÑO CON ESA BOCA GOOD!!!
Me encanta esta entrada. Siento que estas hablando de algo que me sucede todos los días. Más abrazos.
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