-Esto es muy
Kaskiano- dijo Adán para quien ese término cuadraba con todo lo que no entendía.
Estaban viendo
en la tele una película de los Cohen.
Eva se había
quedado dormida en la penumbra del sillón.
En la mesita
ratona una caja gris que decía “La posta
de achaval” era el último vestigio de una pizza. En el suelo dos vasos vacíos
mantenían un diálogo mudo con el envase de cerveza.
Adán tomó el
control remoto y comenzó un paseo por los setenta y dos canales. Se detuvo en
uno donde una pareja desnuda forcejeaba en una cama pero cuando en la siguiente
escena iban en un avión cambió de canal.
Cuando en
medio de un bostezo apagó el televisor las sombras lo envolvieron.
Sacudió a su
mujer quien salió del sueño preguntando -¿Ya terminó?...¿qué pasó?.
Cuando encendió
la luz del baño se sorprendió al verse en esa claridad enceguecedora, el espejo
lo devolvía derrotado, con treinta años más.
1 comentario:
GENIAL!!!!TE DEJA PENSANDO COMO TODO LO TUYO
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