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31.12.09

Fui creciendo y aprendí a medir el tiempo, y comenzó a correr y escaparse, era como si los relojes y almanaques aceleraran el paso de los meses y los años. Todo era fugaz.
Esto me angustiaba, vivía a mil y todo pasaba vertiginosamente, no tenía tiempo para nada y allá al fondo había un cartel que decía sefiní.

2 comentarios:

yael dijo...

A veces no nos enteramos de lo mucho que impactamos en otros, por lejos que estemos, la sincronía maravillosa que se crea en este mundo cuando viene de sentimientos ligeros y sin buscar más me asombra; y es que no tiene idea de lo mucho que ha hecho por alguien acá y de todo lo que yo le agradezco.
¡muchas gracias en verdad!
¡le deseo de todo corazón un muy feliz 2010!

un abrazo y un beso desde México

myriam

luis scafati dijo...

Creo en lo que decís, somos ángeles caidos decía Jack Keruac, tal vez esa sea la razón de estos encuentros donde el aliento viene de gente que no conocemos pero que igual sentimos cercana.
Lo mejor para vos, un abrazo