Dos de abril, ta chin ta chin…comenzaba la guerra con el
imperio.
Ese imperio que fue
modelo de nuestras clases medias.
Ese imperio que entrenaba a nuestros “grupos de tareas” en
el uso de la picana y otras técnicas del espanto, que becaba a nuestros
espadachines para enseñarles a oprimir las rebeliones populares.
El borracho en el balcón, ta chin ta chin. Era un continuará
del mundial 78.
Los estrategas en televisión aseguraban que las islas eran
inexpugnables, íbamos ganando por goleada, ta chin ta chin.
La farándula juntaba
donaciones para los soldados en el frente…ta chin ta chin.
Nadie suponía que se
cagaban de frío, hambre y algunos eran torturados por los propios milicos
(entrenados en west point).
Nicanor Costa Mendez con su bastoncito pidiendo ayuda de
aquí pallá ta chin ta chin.
Descubren asombrados
que Pinochet es un títere del imperio ta chin ta chin…
Mientras tanto en la tele y los diarios seguíamos ganando
por goleada…ta chin ta chin
Hasta la derrota, la mentira tiene patas cortas, dice la
sabiduría popular.
La vuelta a casa de los soldaditos mutilados en cuerpo y
alma, en las sombras.
Hoy me pregunto si realmente fue una derrota.
¿Cuántos años de dictadura nos quedaban si hubiésemos
recuperado Malvinas?
¿Acaso no les debemos esta Democracia a esos soldaditos que
sin armas, cagados de frío hambre y
miedo, pusieron sus vidas en esas islas tan lejos de sus humildes hogares?
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