Por estos días, alejado del mundanal ruido,
estoy dibujando árboles. Con una pluma y un frasco de tinta china me paro
frente a uno de estos gigantes y lo miro.
Es una especie de limpieza visual, que
tonifica mi trabajo.
Llevar
eso que está ahí, a una pequeña hoja de papel, traducir ese espacio a este
plano. Mecido por la brisa, en perfecto equilibrio, el sol va moviendo sus volúmenes.
Miramos casi sin ver, me canso de
comprobarlo, nos cuesta mucho mirar intensamente el mundo circundante. Dibujar es
ver.
Nuestra percepción está deformada por la
fotografía. Le damos demasiado crédito a la imagen fotográfica. Nuestra mirada
es muy distinta, porque miramos no desde un único lugar, sino que nos movemos,
nuestra visión es también tiempo transcurrido.
Cada forma encierra su secreta geometría,
la busco con líneas, puntos, manchas.
Volver a las fuentes, decían los viejos
maestros.
2 comentarios:
Son geniales!! Sos el artista de mi vida! y después de haber leído "Vacío y Plenitud" de Francois Cheng creo que te entiendo más.
Hola, sabias palabras . me gusta mucho tu dibujo(en general)
compruebo cada vez que me detengo a mirar, lo poco que lo hago. por suerte es un ejercicio y nada es definitivo. puedo volver a VER y a dibujar siempre.
gracias por la inspiración
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