Tal vez una mañana yendo por un aire de
vidrio,
árido, veré, volviéndome, cumplirse el
milagro;
la nada a mis espaldas, el vacío detrás
de mí, con un terror de borracho.
Después, como en una pantalla aparecerán de
golpe
árboles casas colinas para el engaño usual.
Pero será demasiado tarde; y me iré callado
entre los hombres que no se vuelven, con mi
secreto.
Eugenio Montale, Huesos de sepia. Traducción
Carlo Frabetti
1 comentario:
Extraordinario maestro!!!! esa fusión con las palabras es conmovedora, llega hasta lo más profundo del ser.
Gracias!
Publicar un comentario