Un cuadro es un objeto de meditación. Con el establecemos un diálogo.
A través del tiempo descubrimos eso que observamos.
Esto me sucede no solo con la obra de otros artistas sino con la que yo mismo elaboro.
Pasa el tiempo y eso que hice se va revelando, lentamente, como una flor que se abre.
En este caso particular "La sombra" todo se fue armando en ese ámbito que es una esquina de mi propio taller.
Trabajé con pasteles sobre papel. Debe medir 100 cms.X 70 Me llevo mas de un mes concretar cada una de sus partes que integran este todo.
El tema central o mejor el punto de partida fue un interior y el contraste de la ventana que nos muestra el exterior, la calle.
Luz y sombra. Ying y yang. Afuera y adentro. Lo subjetivo y eso que llamamos realidad.
Todo esto que hoy puedo ponerle palabras fue surgiendo, casi espontáneamente, sin mucha lógica ni plan previo.
A medida que lo hacía, que aparecían los personajes se entablaba ese diálogo silencioso que hoy podemos percibir.
Te cuento la cocina, para que de algún modo participes y comprendas como se genera una obra plástica.
Pienso que en otras disciplinas, literatura, cine, escultura...algo de esto debe haber.
Nunca dejo de ser el primer observador de esto que aparece frente al papel donde trabajo.
3 comentarios:
El diálogo cuando la obra nos hace partícipes y nos sugiere, nos revela, en cierta forma es la propia obra la que nos dirige, la que nos lleva hasta donde ella quiere llegar.
Que fantástico trabajo, enhorabuena por ese privilegiado arte y gracias por compartirlo.
Saludos
Gracias Balbi, son certeras tus palabras. Es lo que dicen tantos escritores de sus personajes, toman vida propia, eligen sus caminos.
“Creo que lo que aquí en la tierra denominamos mi sombra es mi verdadera sustancia” H.Melville
Mi sombra encuentra su verdadera sustancia cuando crea o al dejarse cautivar por la sustancia de otras sombras que crean.
Creo en mi sombra cuando pienso y en las sombras que descubro al escuchar.
A veces desde el silencio llega el recuerdo de una sombra que ha perdido su sustancia y que vive en un olor, en una música , en un relato o en la voz de un texto, cuando lo tomo recupero en mí su sustancia, esos son los momentos más plenos donde el hecho artistico se hace obra, mientras tanto ... escucho, trabajo, dibujo, pinto, leo, escribo...
Gracias Luis por hacerla aparecer y por el diálogo que genera al circular.
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