Recién termino de ilustrar uno de los relatos mas
enigmáticos de la literatura, “Bartleby el escribiente” de Herman Melville. fue publicado por primera vez a fines de 1853 en dos capítulos en una revista literaria. Mientras leía no podía dejar
de recordar a Kafka y a Bruno Schulz.
La historia es muy simple, contada por uno de
los protagonistas, un abogado que contrata un copista llamado Bartleby, es muy
poco lo que sabremos de él. El trabajo de Bartleby es copiar, lo que hace con
suma eficacia, hasta que un día le piden que haga otra tarea y su respuesta “´Preferiría
no hacerlo” será como un estribillo que atravesará todo el relato.Pienso que el actor principal no es Bartleby, sino el narrador, un abogado que analiza meticulosamente sus propias reacciones ante el comportamiento del amanuense a lo largo de los días, para él, un profesional prestigioso, es absolutamente incomprensible y excéntrico.
Un licor nihilista impregna toda la historia, nos lleva al borde de un abismo donde sentimos la inmensa soledad de la que estamos hechos. Muchas preguntas me habitan después de esta lectura.
Los dibujos que acompañan, inéditos aún hasta que La Marca Editora los incorpore a su colección, fueron inspirados por este libro.