Cuando hace poco publiqué algunos dibujos sobre gatos, recibí varias cartas de gente indignada (la mayoría respetables señoras de ambos sexos) enojadas por la violencia que transmitían, muchos se borraron de mi amistad y hasta bloquearon su muro, gesto que obviamente agradezco.
Es más, un grupo oscurantista llamado “Los testigos de Mickey”, cuestionó mis ofensivos dibujos argumentando con agravios sus odios desmesurados.
Es vil propaganda, me acusaron, arte panfletario dicen otros, “Picasso jamás hubiera hecho algo así”, aseveran los “conocedores”.
Siempre llama mi atención que un dibujo pueda despertar tantas pasiones.
Confieso que cuando lo hago, no especulo si es arte o qué es, pienso (si algo pienso) que dibujo, me dejo llevar por ese Daimon que se expresa a través de mi pluma, y me siento feliz al verlo terminado.
Tal vez aquellos que hablan de ARTE, olvidan o ignoran que parte de mi trabajo aparecía en diarios y revistas, que generalmente después de leídos, terminaban envolviendo un kilo de papas.
Y por último, amo los gatos y aborrezco las ratas, una cuestión de piel tal vez, o de clase.
Es más, un grupo oscurantista llamado “Los testigos de Mickey”, cuestionó mis ofensivos dibujos argumentando con agravios sus odios desmesurados.
Es vil propaganda, me acusaron, arte panfletario dicen otros, “Picasso jamás hubiera hecho algo así”, aseveran los “conocedores”.
Siempre llama mi atención que un dibujo pueda despertar tantas pasiones.
Confieso que cuando lo hago, no especulo si es arte o qué es, pienso (si algo pienso) que dibujo, me dejo llevar por ese Daimon que se expresa a través de mi pluma, y me siento feliz al verlo terminado.
Tal vez aquellos que hablan de ARTE, olvidan o ignoran que parte de mi trabajo aparecía en diarios y revistas, que generalmente después de leídos, terminaban envolviendo un kilo de papas.
Y por último, amo los gatos y aborrezco las ratas, una cuestión de piel tal vez, o de clase.