Una pregunta frecuente en todo aspirante es cómo nacen las ideas. “No se me ocurre nada”, dicen
algunos. Pensar una idea no significa que debas apoyar el mentón en la mano
derecha y mirar el cielorraso. Lo mas probable es que te distraigas con la
primer mosca que pase cerca.
Busco una idea con un lápiz en mano en mi
carnet de apuntes, dejo que el dibujo me sugiera, lo sigo. Voy ensuciando
papeles con “absurdos” garabatos. Mi pensamiento está hecho de líneas,
borrones, formas…no de palabras.
Puedo partir de algo que me gustó, un
sombrero, un pez, una nube, algo que tal vez está muy lejos de lo que quiero
expresar. “Déjalo ser” dice una vieja canción. Por principio nunca descarto
nada, todo sirve.
¿Como se le ocurrió a Michelángelo esa mano
que da vida?, lo ignoro, pero estoy seguro que no lo hizo con teorías sobre la
creación ni conceptos abstractos.
El párrafo que a continuación transcribo,
tal vez ilumine mejor esto que intento decirte, sale de una de las cartas que el filósofo y poeta F. Schiller escribió a Korner:
“No parece provechoso para la obra creadora
del alma el que la razón examine demasiado penetrantemente, y en el mismo momento en que llegan ante la puerta
las ideas que van acudiendo. Aisladamente considerada, puede una idea ser harto
insignificante o aventurada, pero es posible que otra posterior le haga
adquirir importancia, o que uniéndose a otras, tan insulsas como ella, forme un
conjunto nada despreciable. La razón no podrá juzgar nada de esto si no retiene
las ideas hasta poder contemplarlas unidas a las posteriormente surgidas. En los
cerebros creadores sospecho que la razón ha retirado su vigilancia de las puertas
de entrada; deja que las ideas se
precipiten pêle-mêle al interior y entonces es cuando examina el considerable
montón que han formado. Vosotros, los señores críticos, o como queráis
llamaros, os avergonzáis o asustáis del desvarío propio de todo creador
original, cuya mayor o menor duración distingue al artista pensador del
soñador. De aquí la esterilidad de que os quejáis. Rechazáis demasiado pronto las
ideas y las seleccionáis con excesiva severidad.”