Guardo en mi memoria un mediodía en que con Roberto Páez subíamos una escalera rumbo a un restauran, cuando de improviso se detuvo y señalando los escalones me dijo –mirá que dibujo extraño proyectan las sombras de la baranda.
Roberto era un filósofo visual, tenía el don de la observación, sabía ver en todos los sentidos.
Roberto era un filósofo visual, tenía el don de la observación, sabía ver en todos los sentidos.
3 comentarios:
hermoso esto, que ganas dan de ir a ver ese taller. Que suerte los que anduvieron por ahi...
abrazo
UN GRAN RECUERDO PARA UN GRAN MAESTRO
que hermosa foto Luis!
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