Seguidores

26.10.10


 En su austeridad Di Benedetto fue cordial, recuerdo que me acompañó a recorrer las instalaciones del diario, pude percibir que era una autoridad temida.
Un día me sorprendió cuando me dijo que debía pasar a cobrar lo publicado,¡lo último que esperaba era que me pagaran por mis dibujos!, o sea, además de todos los defectos señalados, yo era una perfecta porción de boludo.


No hay comentarios.: