24.7.10
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Solo vivimos para el instante en que admiramos el esplendor del claro de luna, la nieve, la flor del cerezo y las hojas multicolores del arce. Gozamos del día excitados por el vino, sin que nos desilusione la pobreza mirándonos fijamente a los ojos. Nos dejamos llevar- como una calabaza arrastrada por la corriente del río- sin perder el ánimo ni por un instante, esto es lo que se llama el mundo que fluye, el mundo pasajero.
3 comentarios:
Muy bueno, realmene así estamos
TERRIBLE, PATETICO, EXCELENTE!!!LA MISERIA QUE PROVOCA EL MISMO HOMBRE A SUS CONGENERES ES UN CRIMEN IMPERDONABLE
La paradoja es que quién así vive es generalmente el laburante que construye los edificios a los que jamás accede.
Pablo, Toti, gracias por las líneas.
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