Pero una vez derribado lo antiguo, generalmente queda también destruido y ya no es posible detenerse en absoluto. Pero es precisamente esta pérdida de vinculación, este desarraigo, lo que provoca es una especie de “insatisfacción de la cultura” y una prisa tal que se vive más del futuro y de sus promesas quiméricas de una era dorada que en el presente, en el cual todo nuestro trasfondo histórico evolutivo ni siquiera se ha alcanzado todavía.
6.8.10
Etiquetas:
Carl Gustav Jung
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